EL PELIGRO
Colombia ha sufrido más de 50 años de conflicto interno, principalmente entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, aunque en 2016 se ratificó un acuerdo de paz. La aparición de minas antipersonal se registró por primera vez en 1990 y desde entonces se han utilizado para proteger lugares estratégicos y campamentos de la guerrilla.
La presencia de minas antipersonal tiene un impacto devastador en la población local, causando la muerte o lesiones que cambian la vida y destruyendo los medios de subsistencia. Hasta septiembre de 2020, se habían registrado 11.935 accidentes con minas antipersonal y municiones sin explosionar en toda Colombia. El departamento de Antioquia se ha visto especialmente afectado, ya que representa el 24% de todos los accidentes.

NUESTRO TRABAJO
En 2013, gracias al apoyo de la Oficina de Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Oficina de Remoción y Reducción de Armas (PM/WRA), HALO comenzó a trabajar en la eliminación de minas antipersonal en Colombia, centrándose inicialmente en el municipio de Nariño en el departamento de Antioquia. A lo largo de tres años, nuestros equipos de desminado empleados localmente despejaron un área equivalente al tamaño de 21 canchas de fútbol. Gracias a las labores de estudio no técnico, también pudimos evaluar la amenaza de las minas antipersonal en todo el municipio de La Unión, confirmando que no había campos minados ni peligros de explosivos, lo que dio a las familias la confianza necesaria para volver a casa y utilizar sus tierras.
EL IMPACTO
Destruir las minas antipersonal y otros explosivos es el primer paso para ayudar a las familias, las comunidades y los países a reconstruirse. Cuando la tierra es segura, los campos minados pueden convertirse en campos de cultivo, las familias desplazadas pueden regresar a sus hogares y las infraestructuras pueden ser reparadas, fomentando la inversión en las comunidades locales.
Gracias a la financiación de la Oficina de Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado de EE.UU., HALO, en colaboración con los profesores Rául Castro Rodríguez y Jorge A. Rueda del departamento de Economía de la Universidad de los Andes, ha llevado a cabo una evaluación a profundidad del impacto socioeconómico del despeje de las minas antipersonal en Nariño y La Unión, Antioquia.

HALLAZGOS CLAVE
USO PRODUCTIVO DE LA TIERRA
Tras el trabajo de HALO para eliminar las minas antipersonal, la cantidad de tierra en uso productivo para el cultivo y el pastoreo ha aumentado en un promedio del 66%. También se han producido mejoras significativas en el acceso, impulsando la conectividad social y el acceso a servicios como escuelas, instalaciones médicas y transporte público.

William Otálvaro
William se trasladó a Narino en 1982, trabajando la tierra para mantener a su familia. En 2004, resultó gravemente herido cuando activó una mina antipersonal mientras viajaba a una vereda vecina para vacunar al ganado. Al agravarse el conflicto en Colombia, William sintió que no tenía más remedio que abandonar su hogar por temor a que sus hijos pequeños fueran reclutados a la fuerza por los grupos armados ilegales.
Preocupado por la finca que había dejado atrás, William volvió a su casa un año después. Pero la presencia de minas antipersonal lo hizo temer demasiado para cultivar toda su tierra. En 2013, HALO comenzó a trabajar para hacerla segura, destruyendo 12 minas antipersonal en el proceso.
Hoy, William puede utilizar toda su tierra sin miedo y ahora tiene acceso seguro a una fuente de agua cercana. Esto le ha permitido diversificar sus ingresos, comprando un rebaño de ganado y poniendo en marcha un proyecto de piscicultura.
BENEFICIO ECONÓMICO
Un resultado inesperado de la investigación fue el impacto perjudicial que tiene la presencia de minas antipersonal en los precios de las propiedades. Las comunidades directamente afectadas por la contaminación de las minas antipersonal experimentaron una reducción media del 83% cuando éstas aparecieron por primera vez en sus veredas. Sin embargo, una vez que los terrenos se hicieron seguros, el valor de las propiedades aumentó en más de un 500%. Esto beneficia aún más a la prosperidad económica de los municipios en su conjunto; el aumento del valor de la propiedad mejora la capacidad de un municipio para recaudar el impuesto sobre la propiedad, lo que aumenta su capacidad de generar ingresos e impulsa el crecimiento económico.
Los ingresos también se ven afectados negativamente por las minas antipersonal, ya que en Nariño han disminuido una media del 38%. Desde que la tierra se ha hecho segura, los ingresos mensuales están aumentando gradualmente y, si las tendencias actuales continúan, se espera que vuelvan a los niveles anteriores en los próximos 3-5 años.
BENEFICIO SOCIAL
Desde que se completaron los trabajos de desminado en Nariño y La Unión, 772 familias desplazadas durante el conflicto, han podido regresar a sus hogares. Para las comunidades locales, la conectividad y la cohesión social también han aumentado. La seguridad de la tierra permite compartir los recursos, el miedo se reduce y la mejora de la sensación de seguridad hace que la gente tenga más confianza a la hora de realizar sus actividades cotidianas y de viajar por sus veredas.
PROYECTOS DE DESARROLLO
Durante el estudio, se identificaron catorce proyectos de desarrollo que pudieron llevarse a cabo como resultado directo del trabajo de desminado de HALO. Entre los proyectos se encuentran: la construcción de carreteras pavimentadas, la instalación de tanques sépticos y proyectos de formación en diversificación de cultivos.

Nueva Ruralidad
Proyecto de Desarrollo
El Proyecto de Nueva Ruralidad, ejecutado por la UMATA (Unidades Municipales de Asistencia Técnica Agropecuaria), comenzó en 2016 y se desarrolló durante tres años. El proyecto capacitó a las familias rurales en técnicas agrícolas eficientes y actuales que les permitieran diversificar los cultivos en el municipio, incluyendo como cultivar plantas aromáticas y diferentes variedades de fresas. También apoyó a las familias en el desarrollo de proyectos individuales y en la creación de asociaciones entre productores con el fin de aumentar la producción y los beneficios.
EMPLEO
HALO capacita y emplea a hombres y mujeres directamente de las comunidades que viven con la amenaza de las minas antipersonal, proporcionando oportunidades donde a menudo son escasas. Desde 2013, HALO ha empleado a 159 personas del municipio de Nariño.

CONCLUSIÓN
El estudio ha demostrado que la presencia o la sospecha de minas antipersona obstaculiza directamente la capacidad de los gobiernos municipales y de terceros para implementar proyectos de desarrollo, además de impedir el retorno seguro de las familias desplazadas. El despeje de minas antipersonal y otros artefactos explosivos es el primer paso para crear las condiciones para un rápido desarrollo socioeconómico y la mejora general de las condiciones de vida en las zonas rurales afectadas por el conflicto.
Este trabajo está financiado por:
El Gobierno de los Estados Unidos